¿Se aproxima la siguiente crisis económica? Para los economistas neoclásicos la pregunta nunca ha sido esa – ya que la respuesta siempre es sí -, sino más bien ¿cuándo llegará? Sin embargo, esta pregunta cobra relevancia en fechas recientes, no solo en México sino en el mundo, debido a que al parecer hay señales globales de que la tormenta se avecina.
La economía más potente del mundo, Estados Unidos, está disfrutando de su periodo de expansión económica más largo de la historia, acumulando 121 meses consecutivos el 1 de julio de este año. Lo anterior podría no generar sorpresa a muchos, dado que la crisis del 2008 fue la más intensa que ha sufrido la economía americana desde el crack bursátil de 1929.
Sin embargo, aunque prolongada, la expansión ha sido moderada y empieza a mostrar señales de agotamiento, tan es así que la FED aún no ha decidido si continuar la escalada de sus tasas de interés – la cual ha sido muy modesta – o inclusive dar marcha atrás a la misma y comenzar a reducirlas, con el objetivo de inyectar dinamismo a la economía.
Por otro lado, algunos países miembros de la OCDE apenas recuperaron el terreno económico perdido hace 10 años, mientras que otros – como España – aún parece lejos de recuperarse de las secuelas de la crisis.
México, mientras tanto, continúa su propia batalla, con una economía que apenas crece desde 2013, siendo la señal más evidente de ello su principal índice bursátil, el IPC, que a la fecha se mantiene en niveles similares a los que tenía en 2012. Además, al crecimiento débil ya se empieza a sumar el efecto de la desaceleración.
Por otro lado, el PMI global (Purchasing Manager Index) quedó debajo de las expectativas durante la última medición, acercándose a los 50 puntos (si el indicador se sitúa por debajo de dicha puntuación se puede hablar de una contracción del sector industrial). Mientras que en México se reportan caídas importantes en IED, a la vez que una de los sectores más emblemáticos del país – el automotriz -, reporta un año de caída en ventas y recortes en la exportación.
¿Por qué ocurre esto?
Los ciclos económicos son un elemento «natural» del modelo económico actual, y aunque sus síntomas y detonantes pueden ser muchos y de muy distintas naturalezas, generalmente la causa es el resultado de la expansión descontrolada del crédito, y es precisamente el crédito una de las principales herramientas para el estímulo económico, lo que explica la relevancia de las tasas de interés en un país.
Por otro lado, en una economía global fuertemente integrada lo que ocurra en la economía de un país seguramente tendrá un impacto en la de otros países, entre más grande la economía del país más grande el impacto global que tiene ésta.
Lo anterior hace que cobre relevancia la segunda pregunta, la que acompaña el cuándo, y es ¿dónde comenzará la siguiente crisis global?
La incertidumbre y las crisis
El crecimiento de una economía está dado por un incremento de la producción. Dicho incremento se puede dar de dos maneras: a través de la creación de nuevos agentes económicos o a través de un incremento de la productividad de dichos agentes económicos.
Para que lo anterior ocurra, se necesita inversión: inversión en tecnología, inversión en capacidades, inversión en expansión, inversión en creación de nuevas empresas, etc. Sin embargo, una inversión posee riesgos inherentes, y asumiendo que los agentes económicos son racionales, éstos esperan un nivel aceptable de riesgo, un riesgo que sea sobre todo inherente al negocio y no tanto al medio donde se va a desenvolver.
Y es precisamente en esto último, donde el dirigente de la economía más grande del mundo ha fracasado: Donald Trump no ha hecho más que inyectar incertidumbre al sistema económico global. Lo mismo ha ocurrido en el caso particular de México, aunque claro que con implicaciones más locales: la creación destructiva de un nuevo sistema político y económico por parte de AMLO ha inyectado incertidumbre ante los ojos de los inversionistas, en una economía que ya de por si luce débil.
La solución
Por un lado, está el tema de la incertidumbre. Los emprendedores, empresarios, inversionistas y los mismos consumidores, más allá de las preferencias que puedan tener con respecto a los modelos económicos, necesitan tener un panorama claro y con ciertas certezas en materia económica y legal. Ello les permite hacer proyecciones y poder planear, lo que reduce su aversión al riesgo además de que les brinda confianza, fundamental para un sistema económico donde el valor del dinero está basado precisamente en eso, la confianza.
Dejar de manejar la política económica como un juego de póker, donde hay «buenos» y «malos» es un primer paso para reducir la incertidumbre, sin embargo eso no elimina la certeza de la llegada de la siguiente crisis económica local y global, la cual, de acuerdo a algunos analistas, tiene una probabilidad del 40% de materializarse durante el segundo semestre de este año.
El terminar con estos ciclos económicos que destruyen buena parte de la riqueza creada durante los años de expansión económica, sigue siendo el principal reto para los economistas en la actualidad, aunque algunos exponentes de la Escuela Austriaca de Economía, como Friedrich Hayec, señalaron hace muchos años ya que dichos ciclos eran un fenómeno inherente al modelo económico actual, derivado de la política fiscal y monetaria, y que por lo tanto, deberíamos estar dispuestos a seguir tolerando dichos altibajos mientras no estuviéramos dispuestos a implementar un nuevo modelo.
Sin embargo, lo anterior parece que implicaría un costo demasiado alto y una transformación demasiado profunda que muchas empresas y gobiernos no están dispuestos a asumir. Mientras tanto, no queda mas que preparar la trinchera y esperar la que será la siguiente crisis económica mexicana… Y global.
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