Si estás leyendo es seguramente porque cumples por lo menos uno de los siguientes requisitos: quieres emprender, ya eres un emprendedor, prestas algún servicio a emprendedores, o simplemente el tema del emprendimiento te resulta atractivo. Si es así, seguramente en este blog vas a encontrar algunos puntos de vista que normalmente no encuentras en la televisión, las revisas, editoriales, las cámaras empresariales ni tampoco otro outlet de temas de negocios, incluido el sector público. Algunos podrán parecerte polémicos y con otros podrás estar de acuerdo, pero lo que sí te puedo garantizar estimado lector es que todos son producto de mi experiencia como consultor de negocios.

Vamos por partes.

¿Qué es un emprendedor?

Un emprendedor es, en un sentido estrictamente empresarial y sin usar palabras rimbombantes, “una persona que inicia un negocio”. Su principal característica es que, con recursos propios o financiados, está dispuesto a asumir los riesgos de iniciar una empresa basándose en una iniciativa personal. Y es que el verdadero riesgo está en perder lo propio o lo que se adeuda, si no ¿cuál es el riesgo en perder algo que no te pertenece o que no te ha costado poseer?

Cualquiera puede ser un emprendedor, porque el serlo para muchos ni siquiera fue una opción, sino su única alternativa.

Un emprendedor es el que compra dulces para revender en su salón de clases y es también Mark Zuckerberg. Un emprendedor se expone, se arriesga y trabaja en su idea; un inversionista no necesariamente es un emprendedor; un empleado que dirige o crea una iniciativa de la empresa en la que trabaja no es un emprendedor; el hijo de un empresario no es un emprendedor por derecho propio, el título se lo ha de ganar construyendo sus propias unidades de negocio; el que usa recursos públicos de forma ilegal, ilegítima o poco transparente para iniciar su propia empresa, tampoco es un emprendedor.

¿Cómo luce un emprendedor?

Muchos emprendedores son extrovertidos y muchos otros bastante introvertidos; algunos son buenos vendedores y otros no; unos son guapos, otros son feos; unos saben de moda, otros no tienen idea; algunos tienen visión, otros apenas ven más allá de su nariz; pueden ser inteligentes o de intelecto bastante promedio; hay quienes tienen buenas ideas y hay quienes nunca han tenido en su vida una idea original.

Pero si algo tienen en común, es que pocos, realmente pocos, lucen como los que aparecen en las portadas de revistas como Entrepreneur. Y muchísimos menos tienen ideas tan atrevidas o innovadoras como los que ilustran dichas publicaciones. Y ciertamente muchos de ellos, de estos emprendedores no representados que JAMÁS aparecerán en una portada de una revista ni darán una conferencia, SON REALMENTE EXITOSOS.

El Engaño del Emprendimiento

El concepto emprendedor, el ser emprendedor y todo lo que tenga que ver con emprendimiento se ha distorsionado y se ha convertido en un producto, y como tal es susceptible de comerciar con él. A estas alturas, las grandes empresas han incluido la “actitud emprendedora” en los perfiles de puesto de sus puestos clave; todas las revistas de negocios tienen una sección de emprendimiento y hay algunas que hacen de este fenómeno su carta de presentación. Es más, ya resulta complicado encontrar eventos, convenciones y conferencias, organizadas ya sea por escuelas de negocios, gobierno u organizaciones empresariales que no incluyan temas de emprendimiento o incluso que hagan de esta temática su tópico principal.

Dile a alguien que no tiene una actitud emprendedora y será un tipo de ofensa.

Pero ¿cuál es el problema con esto? Te podrás preguntar. Y es que esencialmente no hay ningún problema, ¡al contrario! El mundo y sobre todo México necesitan tantos emprendedores como puede producir, porque los emprendedores revolucionan, innovan y mantienen a la economía funcionando y creciendo.

Eso es. Esencialmente no hay un problema, pero sí que existe un problema de concepto. Un concepto que quizás sea más fácil de explicar con dos analogías:

Primera Analogía: ¿Por qué dentro de la cultura occidental es todavía y en términos generales, más apreciado el físico de una persona de rasgos caucásicos? ¿Existe realmente una razón esencial o un problema de concepto, creado por la máquina de propaganda de los países anglosajones? No hace más de algunas décadas que personajes de otros rasgos se están haciendo su lugar no solo en pasarelas sino en otros ámbitos menos físicos.

Segunda Analogía: ¿Por qué en el mundo todo mundo considera a EUA el país de la igualdad y la libertad? ¿Existe realmente una razón esencial en ello o un problema de concepto, creado por la máquina de propaganda estadounidense? EUA siempre ha sido un país históricamente marcado por el racismo y la represión (que quizás no demuestran tan seguido en casa pero vaya que lo hacen alrededor del mundo).

Con esto quiero decir que los medios, la propaganda, las cámaras empresariales, las universidades, el sector privado y el gobierno han convertido al emprendimiento en un concepto comercial tan torcido y distorsionado como la imagen de una hamburguesa de McDonals.

El siguiente es el concepto comercial del emprendedor en el siglo XXI:

Un emprendedor es una chica o chico “cool”, de entre 20 y 35 años, de look desenfadado y de aspecto interesante, visionario, con ideas adelantadas a su tiempo, capaces de transformar el mundo, que va por el mundo dando conferencias motivacionales sobre cómo, con un dólar en el bolsillo y con una buena idea (generalmente tecnológica), se convirtió en millonario. Aparece en portadas de revista y parece tener todas las cualidades de un aventurero indomable. Generalmente no es ni fue un estudiante brillante, no lo necesitó nunca, ya que su actitud emprendedora compensó su falta de formación. Conoce el mundo y es dueño de su tiempo y su vida, ESTA EN CONTROL. Está transformando el planeta y al mismo tiempo haciendo salto bungee en Nepal, o alguna otra actividad extrema en un destino exótico.

¿Quién no querría formar parte de este club? Es todo lo que muchos quisieran ser, y es que ser empresario ya pasó de moda, para ser empresario se necesita dinero, preparación, trabajo duro y aburrido, además los empresarios son viejos y aburridos.

Mientras tanto, ¿qué ganan los que comercializan el producto llamado “emprendedor”? Solo hace falta echar un ojo por la ventana: congresos de emprendimiento abarrotadas, ventas récord en revistas y libros relacionados, instituciones financieras prestando dinero a caudales, eventos universitarios al tope, eventos públicos repletos, servicios a emprendedores facturando como nunca antes, etc., etc., y un largo etcétera. Incluso las instituciones educativas y de formación le han sacado provecho al concepto. Lo anterior, a todas luces es un producto, y como tal, es bastante exitoso.

La Realidad del Emprendimiento

Seguramente si estás leyendo esto has visitado algún evento donde te han dicho que para ser un emprendedor exitoso necesitas una buena idea y excelente actitud, y para probar lo dicho han hecho desfilar frente a ti un montón de slides donde podrán destacar personajes como Steve Jobs (que es una especie de semi Dios dentro de la cultura emprendedora) o algunos otros más locales a los cuales en tu vida has visto o has escuchado hablar de ellos, pero vienen acompañados de historias realmente sorprendentes.

¿Sabes realmente cual es la probabilidad de que tengas una excelente idea y te vuelvas realmente rico en el camino? La realidad es que las probabilidades de que tengas una idea millonaria, que la logres fondear y que la ejecutes con éxito son remotas; tienes más probabilidades de convertirte en un conferencista sobre emprendimiento inventando tus propias credenciales (créeme, existen, los conozco).

¿Conoces realmente la historia detrás de muchos de estos emprendedores exitosos? La realidad es que la historia detrás de muchos (no todos, ojo) de estos emprendedores exitosos tiene que ver con fortunas familiares, vinculaciones empresariales preexistentes y en el peor de los casos, recursos de dudosa procedencia; la próxima vez que veas una de estas historias de éxito de este tipo, te recomiendo que indagues, vayas más allá y conozcas la historia completa.

La cultura emprendedora debe ser una IDEA y nunca debería ser tratada como un producto. Un producto es frívolo y su naturaleza es satisfacer una necesidad. Las IDEAS por otro lado están hechas para transformar, no para satisfacer necesidades.

La Luz al Final del Túnel

El mensaje que te quiero dar no es que no emprendas, al contrario, si hay algo de verdad detrás de todo este negocio llamado “cultura emprendedora” es que son los emprendedores los que transforman las economías, los que marcan la diferencia, y los que logran lo que muchos anhelan y pocos llegan a alcanzar: la verdadera independencia financiera.

Pero quiero que sepas también que la realidad de emprender es que, para que puedas hacerlo con éxito, existen detrás muchas cosas que no resultan tan excitantes, como por ejemplo el trabajo duro y extenuante, el sacrificio de tu familia y de tus relaciones, el estrés financiero prolongado, y el estudio constante y permanente. Ya lo sé, todo eso suena más a empresario que a emprendedor, pero recuerda que todo empresario antes que nada fue emprendedor y transitó ese camino.

Emprende con dignidad, no lo hagas por los reflectores, porque la luz de un reflector es artificial. Genera tu propio brillo, trabaja duro en tu idea, no importa lo ordinaria que pueda parecer, estudia, trabaja más de lo que trabajarías como un empleado, estudia más y vuélvete el mejor en lo que vas a hacer. Existen países más amigables con los emprendedores, como EUA, existen otros como México donde el emprendimiento está en boca de todos pero muy pocos (incluyendo los Bancos) pondrían su dinero en manos de un joven que solo tiene una buena idea.

Pero cuando trabajas duro, te sacrificas por tu proyecto, tienes visión a futuro y te preparas para hacerlo cada vez mejor, no necesitarás ni los apoyos de gobierno, ni el favor de una institución bancaria, y tampoco comprar el producto llamado “emprendimiento”, que parece estar más preocupado por venderte un look que por verte triunfar. Además, aún quedan ahí afuera instituciones y personas honestas, interesados realmente en los emprendedores y que harán todo lo posible por que alcances el éxito, solo tendrás que aprender a distinguirlos.

Mi consejo, el siguiente:

  • Si quieres emprender o eres emprendedor, recuerda que no hay negocios malos, hay negocios sin visión y mal administrados. Eventualmente podrías tener una idea millonaria, pero mientras llega, comienza a sentar los cimientos de tu nuevo negocio. Podrás no tener dinero, pero si te preparas tendrás conocimiento, eventualmente el conocimiento te dará credibilidad y la credibilidad traerá clientes. Con los clientes viene el dinero y con el dinero el crecimiento de tu nuevo negocio. Pasa más tiempo escuchando a empresarios viejos y aburridos: ellos ya transitaron el camino que tú estás por iniciar. Si decides escuchar a jóvenes emprendedores, trata de conocer su historia más allá de lo que ellos te cuenten, y aprende sobre todo de su actitud hacia las adversidades (si según tu investigación esas adversidades realmente existieron); son jóvenes e inexpertos, y muchas veces su éxito es una amalgama de circunstancias que es muy poco probable que se repliquen en ti. Nunca dudes en buscar asesoría profesional, realmente profesional: la motivación es importante pero la técnica te volverá un maestro. Estamos para ayudarte (http://www.rfaconsulting.com.mx).
  • Si estás en el negocio del emprendimiento, se honesto sobre el tema, y más si tienes ante ti el privilegio de hablar ante grupos de gente joven y soñadora. No conviertas el emprendimiento en un producto banal y superficial, enséñale a los demás que emprender no es para todos y no está mal no querer ser uno de ellos.
  • Si eres empresario, un emprendedor podría tener la idea que necesitas. Adóptalo, se su mentor y nunca te aproveches de él; si no lo necesitas o no te interesa, no le quites el tiempo. Recuerda que también está contigo por negocios y seguramente se dará cuenta si tus intenciones no son buenas.
  • Si no eres un emprendedor, pero tienes conocimiento o ideas interesantes que compartir a los emprendedores, hazlo; seguramente tus experiencias y conocimientos les serán de ayuda. Pero NUNCA salgas al mundo a proyectarte y venderte como uno de ellos, si realmente no lo eres.

 

6 comentarios

    1. Gracias por tu comentario Francisco. En mi profesión escucho mucho sobre emprendimiento, y soy testigo de la opacidad del ámbito, fomentado por speakers, medios, incluso las mismas escuelas. Ojalá sea de tu utilidad y si crees que le puede servir a otros, ¡siempre puedes compartirlo! Saludos. Rudy

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